Hay música en el fondo del silencio.
¿La oyes? Música.
Como una mano que en la piel
se deshace al recorrer tus paisajes,
tus lagos y volcanes,
tus palmeras, tus islas.
Déjate mecer en las notas
musicales del silencio,
de la palabra austera, y fluye,
fluye despacio
creando con plenitud
tu propia melodía.